Pido perdón por amar,
Por vivir, por llorar.
He caminado sin rumbo, sin destino,
Sola, acompañada, al infinito…..
Durmiendo, abrazada a las estrellas
Entre mis brazos al sol deseé, verdad,
También por ello pido perdón,
Más no cejaré en mi empeño
Que mis rodillas el suelo toquen de nuevo,
Cuando el cielo alcance con mis manos
Veré mis pies caminando sobre llano,
Quizá no, esta vez, no pediré perdón.
He luchado, deseado, darte la vida…
No se cómo te apagaste, cual una cerilla,
Y mi alma llora, sufre, padece este sentir,
Te recuerda cercano, dentro, sin partir..
Tu viaje solita me ha dejado,
No te culpo, pudiste ser, sin saber, obligado,
Tal vez por ello deba pedir perdón.
Pido perdón por resistir,
Por querer, por no poder.
Yak
Por amar,por vivir, por llorar y por ser libre, no hay qué llorar.
ResponderEliminarSólo hay que llorar cuando se pierde algo amado.
Algo a lo qué estamos aferrados y qué nos hace felices
Cierto, María Pilar, pero eso no quiere decir que existan momentos puntuales en los que deseemos pedir perdón por muchas cosas, aún sabiendo que no tenemos porqué hacerlo, pero nuestro sentimiento nos impulsa a ello.
ResponderEliminarBesos reina!